Esta iglesia del siglo XII fue reconstruida casi por completo en 1852 tras haber sido utilizada como templo de la diosa Razón durante la Revolución, que también convirtió la sacristía en una prisión. Todavía conserva su carácter románico en algunos lugares y merece la pena visitarla por su rica decoración. El edificio fue declarado monumento histórico en 1862.